Prometeo es conocido en la mitología griega como benefactor de la humanidad, hijo del titán Jápeto y la titánide Temis. El mito de Prometeo es uno de los más conocidos, no sólo había engañado a los dioses haciendo que recibieran la peor parte de cualquier animal sacrificado y los seres humanos la mejor (en una pila, Prometeo colocó las partes comestibles de un buey y las recubrió con el vientre del animal, en otra puso los huesos y los cubrió con grasas; al pedirle a Zeus que eligiese entre las dos, el dios opto por la grasa y se sintió muy disgustado al descubrir que esta cubría pila de huesos), sino que también había robado el fuego para entregárselo a los mortales. Prometeo roba el fuego telúrico, aquel que surge de los volcanes, de la forja de Hefesto, introduciéndolo en una caña. Por este acto es que Zeus lo castiga a permanecer eternamente encadenado a una roca del Cáucaso, que según Hesíodo, el padre de los dioses
queriendo destruir la raza humana y la había privado del fuego. Etimológicamente, el nombre del titán proviene de "Pro", antes y "Metheus", cuidado, previsor. Es Prometeo, que sacando a la humanidad en la oscuridad que se hallaba, ha traído el fuego que libera del miedo y permite el progreso. Asciende así a la categoría de un titán mártir que se enfrenta a un dios todopoderoso, arbitrario e injusto. "Por mi propia voluntad, por mi voluntad erré. No voy a negarlo. Por defender a los mortales, yo mismo encontré mis tormentos" (v. 266-267). Comete un error (hamartía) que se castiga con la tortura de soportar, parado en una desolada roca, los ataques continuos del águila de Zeus que le devora cada día el hígado el cual se vuelve a renovar durante la noche, y según la expresión de Esquilo, llega al saber a través de la experiencia dolorosa, necesaria para la adquisición de toda sabiduría. Pero, hay algo que Zeus no sabia y es que Prometeo conoce el destino.
Prometeo en el Caucaso encadenado a una roca y el aguila de Zeus torturandolo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario